Hace unas semanas hicimos una excursión hasta la Vega de Ario por un camino alternativo a la senda del refugio. La vuelta la hicimos por el camino tradicional pero a falta de muy poco, pues ya veíamos el Lago Ercina, mi tío (que era el que nos guiaba) decidió no seguir el susodicho camino pues estaba muy embarrado; nos dirigió a un paso que está en un pequeño peñasco al lado del lago, el paso recibe el nombre del Boquerón (que parece dividir el pico en dos) y el peñasco es el Pico Llucia. Esto planteaba un problema para los que ya casi no tenían fuerzas ya que lo que nos quedaba era para abajo y para ir al Boquerón había que subir un poco.
Lo más simpático de todo fue el comentario de uno de nuestros compañeros que llevaba haciendo la “goma” desde casi el refugio: “oyes, ¿estáis seguros que vamos bien?, el lago cada vez está más abajo”
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