
Cuando marchábamos para casa, paramos a fotografiar esta cascada, que se encuentra en el siguiente puente hacia Cangas de Onis, el puente Vidosa. Llevaba agua de forma espectacular.
Lo malo es que se nos ocurrió subir por el camino y pasar tan cerca del agua (por donde se ve esa especie de agua difuminada) que pillamos otra mojadura considerable, aunque en este caso ya no había ropa para cambiarse.
Por lo menos los calzones en esta segunda ocasión estaban secos.
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